Neibauer fue introducido en la aviación por su tío Ray Betzoldt, quien colaboró con Al Meyers en la construcción del Meyer 200.
Veinte años más tarde, comenzó a buscar un avión para sí mismo pero ninguno llenaba sus expectativas, así que decidió unirse a la Experimental Aircraft Association (EAA) y diseñar uno propio.
En búsqueda de mejorar el desempeño y con las técnicas más avanzadas disponibles, seleccionó un nuevo flujo laminar NFL-F de la NASA diseñado por Dan Somers en Langley.
Hacia 1983 los parámetros básicos del avión estaban establecidos y Neibauer alquiló un taller en Santa Paula, California, para comenzar a trabajar en su diseño.
Estaba equipado con un motor Continental O-200 de 100hp (74,5 kW), sobrepasando a cualquier otro avión propulsado por el mismo, lo cual generó un gran interés en Oshkosh '85.
[1] El 200 fue reemplazado rápidamente por el Lancair 235, equipado con un Lycoming O-235 ligeramente más potente.
[2] Poco tiempo después de la introducción del IV, Neibauer comenzó a trabajar en una versión simplificada con tren fijo que salió al mercado como Lancair ES.
Sin embargo, los aviones de Columbia perdieron competitividad en el mercado frente al recién introducido Cirrus SR22.
Las nuevas instalaciones cuentan con un área de 3.500m², 50% más amplias que el edificio anterior.
La compañía también firmó un acuerdo con la Fuerza Aérea Colombiana para proveer los kits de fabricación del Lancair Legacy FG incluye moldes, accesorios, plantillas, materiales, apoyo técnico y formación en materiales compuestos, luego serían modificados para ser usados como aviones básicos de entrenamiento, un programa desarrollado como Lancair Synergy que culminó en la construcción del CIAC T-90 Calima.