En su extensión confluyen varios elementos geográficos: la meseta castellana, el valle del Ebro y la cordillera Cantábrica, estando en esta última el punto más alto de la comarca Castro Valnera (1718 m s. n. m.) en Espinosa de los Monteros.
Esto da lugar a un clima más templado que el de las otras Merindades, las que quedan a mayor altura y tierra adentro, tras las pronunciadas pendientes del puerto del Cabrio.
Los ríos más importantes de la comarca son el Cadagua, Ebro, Trueba, Nela y Jerea.
En general el clima es más benigno que en el resto de la región, por su situación en las vertientes cantábrica y mediterránea.
En la Alta Edad Media la comarca se suma a la muy posteriormente denominada reconquista iniciada según la leyenda por Don Pelayo desde Asturias.
Tras la caída del Imperio en el siglo V y hasta el siglo VIII, se cree que pertenecería al Ducado de Cantabria, pero tras la caída del reino visigodo se incorporaría completamente al califato.
Esta palabra surge para hacer referencia al conjunto de pequeños territorios situados al norte del Ebro, núcleo originario de Castilla, que se caracterizaba por los abundantes edificios defensivos.
La leyenda dice que aquí nació en el siglo IX la institución de los Jueces de Castilla con Nuño Rasura y Laín Calvo aunque no existen pruebas históricas que acrediten su existencia.
El siglo XX está caracterizado por la emigración masiva hacia zonas industriales más desarrolladas y con mayores expectativas de trabajo.
Existe una variación lingüística en la Merindad de Sotoscueva, donde se habla una variedad dialectal asimilable al dialecto cántabro.
[5] La comarca cuenta con varios espacios naturales: El deporte autóctono que se practica en esta región desde tiempos muy remotos son los bolos tres tablones.