León Carrasco Amilibia

Según algunos autores, esta actuación le supuso ganarse no pocas enemistades entre la izquierda guipuzcoana.

En los primeros momentos del golpe mantuvo una actitud poco clara ante la sublevación,[2]​[3]​ y tras la rebelión de la guarnición donostiarra, Carrasco se unió a los militares alzados pero se retiró a los cuarteles de Loyola.

[4]​ La sublevación en San Sebastián pasó a estar dirigida principalmente por el teniente coronel José Vallespín, designado por el general Emilio Mola para tal fin.

[5]​ La rebelión militar en la capital guipuzcoana duró unos días, y tras su fracaso Carrasco Amilibia fue detenido por las fuerzas leales el 28 de julio y conducido a la Diputación provincial.

Al parecer, esa misma noche fue sacado de la diputación y asesinado junto a las vías del tren,[6]​ en las inmediaciones del llamado Puente de Hierro.