Tras obtener la absolución del papa, Alfonso se detuvo unos días en la ciudad, consiguiendo un permiso para inspeccionar desde los andamios el techo de la Capilla Sixtina,[1] cuya bóveda estaba siendo pintada entonces al fresco por Miguel Ángel y se encontraba ya casi finalizada.
Parece que Francesco Milizia la vio "maltratada" en 1740, pero desde entonces no se tienen más noticias.
La composición original de Miguel Ángel, tal como muestra el grabado de Cornelis Bos, incluía a Cástor y Pólux ya nacidos y a un huevo aún sin eclosionar.
Se desconoce el tamaño exacto de la pintura, pero según Condivi era muy grande.
[3] Es posible que Miguel Ángel utilizara como modelo a un joven garzone, es decir, un aprendiz o un ayudante.
[3] Posteriormente el pintor habría feminizado más aún su fisionomía y habría añadido el trenzado del pelo y la diadema que se aprecian en las copias que han sobrevivido del cuadro.
[2] Otras copias están en la Gemäldegalerie en Dresde, en la de Berlín, el Museo Correr en Venecia y en la Casa Buonarroti en Florencia.