Obermayer, que era ciudadano suizo, era Doctor en Derecho y marchante de vinos en Wurzburgo.
En los días siguientes se iniciaron pesquisas contra por lo menos otras 68 personas.
El abogado de Obermayer en Wurzburgo, Karl Rosenthal, aseguró a las autoridades suizas que su cliente no había cometido ningún delito como homosexual conocido, y sobre todo, no era comunista.
Pasó por lo menos seis meses en una celda similar a un sótano, el llamado Kommandanturarrest, «arresto de la comandancia».
Josef Gerum insistió en una carta del 12 de octubre que Obermayer debía ser devuelto al campo de concentración: «Obermayer sólo me teme a mí y mis medidas correctivas.
Lo curioso es que el hombre haya realizado un protocolo exacto de todo lo que ha ocurrido en Dachau y se acuerda incluso del día y la hora exacta, y ha declarado por escrito ese recuerdo de forma íntegra.»[11] El 10 de octubre, el abogado Rosenthal fue «retenido» por casi tres meses; dos días después Obermayer fue enviado de nuevo a Dachau.
[14] Obermayer escribió desde Dachau, ayudado por su formación jurídica, numerosas quejas, entre otros a Heinrich Himmler y al administrador de Baviera, Franz von Epp, cartas que por otra parte fueron requisadas por la censura.
El cónsul general suizo en Múnich, Friedrich Kaestli, era escéptico en cuanto a una visita a Obermayer en la cárcel de la Gestapo que tenían en el Palacio de Wittelsbach, en la misma ciudad, donde el preso se encontraba temporalmente: La actitud de Kaestli fue aprobada por sus jefes en Berna.
El legado en Berlín, Paul Dinichert, por el contrario, abogaba por una visita a Obermayer: de una tal visita se prometía una «cierta tranquilidad» para Obermayer, que este «se comporta de forma indómita y compromete a los policías y los funcionarios de prisiones con sus continuas quejas por escrito, así como por su desmedida correspondencia privada.»[19] Si finalmente se llegó a una visita del cónsul es desconocido.
[20] En verano de 1936 empeoró considerablemente la situación del preso cuando el juez instructor constató que Obermayer era ciudadano alemán.
Para la policía secreta era de importancia central evitar que saliese a la luz lo ocurrido en Dachau.
El público fue excluido en su mayor parte del proceso; tampoco hubo ningún representante de Suiza.
El acusado ha realizado su obra con una falta de vergüenza y escrúpulos diabólica.
Algo mucho más allá que la lujuria tiene que haberlo impulsado, la ley de la raza.»[31] Según el Fränkischer Volksblatt, Obermayer se defendió ante el tribunal de forma diestra; debido a una «cierta arrogancia»[32] tuvo que «escuchar alguna amonestación del juez y del fiscal».
«El acusado admitió que había sido homosexual desde su juventud, lo que le había agobiado y, debido a su estado emocional, había preguntado a un médico, que le aconsejó vivir según su naturaleza,» según informó el Fränkische Volksblatt.
Obermayer mismo declaró que en sus relaciones con hombres antes de su detención en 1934, también con algunos mucho más jóvenes que él, nunca había cruzado las líneas señaladas por el código penal.
[30] Der Stürmer también llevó a cabo su amenaza; una denuncia civil posterior de un abogado contra el periódico fue desestimada.
[36] Con ayuda de un nuevo abogado, Obermayer pudo conseguir un recurso contra la sentencia.
[39] Obermayer pertenecía a los presos que, tras una acuerdo entre el nuevo ministro de justicia Thierack y Himmler, fueron elegidos por una comisión formada por funcionarios del ministerio de justicia y las SS para ser trasladados a los campos de concentración y «destruidos a través del trabajo».