[2] En el siglo I a. C., hubo un flujo constante de seda al Imperio romano.
[5] El fracaso de estos esfuerzos llevó a Justiniano I a buscar otra vía.Dos monjes no identificados (es probable que hayan sido miembros de la Iglesia nestoriana) que habían estado predicando el cristianismo en la India (Iglesia del Este en India), viajaron a China en el 551.
Resultó una sorpresa, pues los bizantinos habían pensado previamente que la seda era hecha en la India.
El monopolio resultante fue muy importante para la economía bizantina durante los próximos 650 años hasta su desaparición en 1204.
[10] La ropa de seda, especialmente la teñida en púrpura imperial, estaban casi siempre reservada para la élite en Bizancio, y su uso fue codificado en leyes suntuarias.