Los amigos del crimen perfecto

Se trata de una obra con tintes cervantinos, no solo por determinadas alusiones explícitas al Quijote cuando menciona la necesidad que tiene el género policíaco de encontrar su definitivo liquidador tal cómo Cervantes hizo con la novela caballeresca poniéndole epitafio, sino que abunda en crear personajes tan secundarios en sí mismos como el barbero o el cura, sin que por ello encontremos por lado alguno a ningún Alonso Quijano ni a ningún Sancho Panza.

No puede desprenderse de sus queridos secundarios ni siquiera en esta novela policíaca y les saca por todos lados con distintas máscaras en este hermoso carnaval de intrigas.

Los Amigos del Crimen Perfecto son un grupo de tertulianos que se reúnen en una cafetería madrileña, a los que les encantan las novelas negras.

Parte de su juego consiste en llamarse los unos a los otros con nombres de famosos escritores o personajes de novelas como Nero Wolfe, Poe, comisario Maigret, Perry Mason, o el protagonista Sam Spade.

Spade trabaja en una editorial en la que solamente se editan novelas negras y rosas, de las negras se encarga él.