La expresión los molinos de los dioses, también utilizada como los molinos de Dios,[nota 1] se refiere a la noción de una retribución divina lenta pero segura, tanto premio como castigo.
En algún caso erróneamente atribuida a Homero, la primera fuente reconocida de la expresión fue realizada por Sexto Empírico.
Celso invocó la misma expresión en su Discurso verdadero contra los cristianos defendiendo el concepto de falta ancestral, Celso supuestamente citó a «un sacerdote de Apolo o de Zeus»:
En los Oráculos sibilinos aparece como Sed mola postremo pinset divina farinam, «pero el molino divino al fin molerá la harina».
Durante la Segunda Guerra Mundial, tanto Winston Churchill como Franklin D. Roosevelt citarón la versión de Longfellow cuando se trató el tema de las represalias a la Alemania nazi por el exterminio judío.