Las luces de aterrizaje suelen ser de muy alta intensidad, debido a la considerable distancia que puede separar una aeronave del terreno u obstáculos.
Las luces de aterrizaje ideales son extremadamente intensas, requieren poca energía eléctrica, son livianas y tienen una vida útil larga y predecible.
Algunos aviones (especialmente aviones de negocios) deben tener luces que, cuando no sean necesarias para iluminar directamente el suelo, puedan funcionar en modo intermitente para mejorar la visibilidad para otras aeronaves y así evitar una colisión aérea.
Además, en ocasiones se han instalado luces de aterrizaje como luces altas del vehículo en la escena del hot rod, aunque esto no es legal.
En muchas jurisdicciones, las luces de aterrizaje y las lámparas que utilizan deben estar certificadas por una autoridad gubernamental para su uso en una aeronave determinada.