Se trasladaron a Ciudad de México, donde duraron 10 meses.
[1] Los dominicos, llegaron después de los jesuitas y acordaron con franciscanos que ellos se iban a la Alta California y los dominicos en la Baja California en las misiones ya existentes.
El siguiente cambio fue a la Misión San Vicente Ferrer donde permaneció de 1781 a 1787, la cual un año antes había sido fundada por los fray Miguel Hidalgo y Joaquín Valero.
Exploró la zona donde posteriormente fue instalada la Misión de Santo Tomás y al cual se le tomo parecer.
Como no tuvo el permiso correspondiente para su publicación la obra fue recogida por la Inquisición.