En 1825 había sido nombrado como un posible candidato a aceptar el trono de Grecia, pero declinó, lo mismo que hizo con el trono belga en 1831, y en 1831 fue nominado rey de los belgas, pero consideraciones internacionales disuadieron a Luis Felipe de aceptar el honor para su hijo, que estaba acompañando al ejército francés que ingresó a Bélgica para apoyar el nuevo reino de su separación del Reino Unido de los Países Bajos.
Su reserva, y la aversión a las funciones públicas, con una cierta altanería en sus maneras, sin embargo, lo hicieron impopular.
Las largas negociaciones terminaron en 1857 con una carta, escrita por Nemours, como explicó posteriormente, en el dictado de su hermano, Francisco, príncipe de Joinville, en el que insistió en que Chambord debía expresar su adhesión a la bandera tricolor y a los principios del gobierno constitucional.
En 1871, los príncipes Orleans renovaron su lealtad a la rama mayor de su casa, pero que no fueron consultados cuando el conde de Chambord fue a París en 1873, y sus diferencias políticas se mantuvieron hasta su muerte en 1883.
En 1871, el exilio impuesto a los príncipes franceses fue retirado, pero él solamente se trasladó a París después de que sus incapacidades fueron removidas.