Método de composición de Wolfgang Amadeus Mozart

Mozart anotaba a menudo esbozos de sus composiciones, con una extensión que oscilaba entre breves fragmentos y extensos borradores.

Los esbozos más «primitivos» están escritos con una caligrafía despreocupada, mostrando breves fragmentos de música.

De los bocetos que han sobrevivido, ninguno corresponde a obras para teclado solo.

Konrad sugiere que la «improvisación [faceta en la que Mozart tenía grandes aptitudes, véase más abajo] o la prueba real de posibilidades particularmente exigentes e imaginativas podía compensar en este caso la falta de esbozos».

En efecto, casi ninguna de sus obras fue escrita sin una ocasión particular o, al menos, para hacer uso en sus propios conciertos».

Según un testigo, «un músico experimentado le dio un tema de fuga, que desarrolló durante más de una hora con tal ciencia, destreza, armonía y apropiada atención al ritmo, que incluso los más grandes entendidos quedaron atónitos».

[10]​[nota 2]​ Existen evidencias de que Mozart usó, en una ocasión, su habilidad improvisatoria para apoyar sus repentizaciones o ejecuciones a primera vista.

La obra fue publicada solamente en 1794, tres años después de la muerte de Mozart, y el editor Johann André encontró a algún otro compositor (cuya identidad es desconocida) para rellenar los pasajes incompletos; desde entonces, la obra suele interpretarse según esa versión.

[13]​[nota 3]​ Al parecer, Mozart poseía una excelente memoria para la música, aunque probablemente no la habilidad casi milagrosa que ha pasado a mito.

Lo más probable es que hiciera uso de sus habilidades para rellenar huecos mediante la improvisación.

Aquí, varios factores sugieren nuevamente las grandes facultades de Mozart, aunque sin llegar a ser milagrosas: la obra en cuestión es bastante repetitiva, además de que Mozart pudo volver a escucharla dos días más tarde, corrigiendo los errores cometidos en la transcripción.

[18]​ Konrad sostiene que el siglo XIX también idealizó la memoria musical de Mozart.

Retrato inacabado de Mozart, obra de su cuñado Joseph Lange .
Los ocho primeros compases del segundo movimiento del concierto para piano KV. 537. La imagen muestra la parte de piano tal como aparece en la versión escrita a mano por Mozart, en la cual las notas para la mano izquierda se dejan para que el intérprete improvise. Fuente: Braunbehrens (1990) Mozart in Vienna, p. 6.