El canto y las percusiones son los aspectos más importantes de la música americana tradicional.
También hay canciones públicas sagradas, así como discursos para rituales que a veces son percibidos como musicales por su uso del ritmo y la melodía.
Muchas canciones celebran las cosechas, la temporada de siembra y otras fechas importantes del año.
El pueblo compone varias canciones nuevas cada año en un comité que usa sueños y visiones en ellas.
Adicionalmente, existen prohibiciones contra las mujeres que se sientan a tocar el bombo.
El sureste es particularmente diverso en las ofertas musicales para mujeres, las cuales incluyen a grandes roles ceremoniales, instrumentales y sociales en las danzas.
Asím las mujeres del pueblo Shoshón cantaron, por ejemplo, las canciones de la Ghost Dance en los años 80.
Éste continua solamente en el mismo lugar y en forma de cuento, juego o arrullo alrededor del continente.
[12] Mientras este proceso ocurría, tres géneros asiáticos pudieron haber influenciado la música norteamericana a través del Estrecho de Bering, que se caracteriza por una técnica vocal pulsante, posiblemente evidente en las recientes tribus paleosiberanas como la Chuckchee, la Yukaghir, y la Koryak.
Ellos aprenden sobre los géneros pantribales influenciados por las Llanuras de Pueblo, tal como se observa en las "Canciones del Peyote".
Las tribus Navajo y Apache del sur atabascano cantan con una técnica propia de las Grandes Llanuras, en la cual se encuentran voces nasales monofónicas sin mezclar, mientras que las tribus de Pueblo enfatizan un estilo monofónico también, altamente mezclado y relajado en un rango bajo.
Las canciones Atabascanas son rápidas y utilizan tambores o maracas, así como un instrumento único de esta área: el violín apache, más conocido como "Tsii'edo'a'tl", que significa "la madera que canta" en el lenguaje apache.
Éstas son mucho más lentas en tempo que las canciones atabascanas, y utilizan varios instrumentos de percusión como acompañamiento.
Las cuartas y quintas justas e incluso saltos de octava, no son nada raros.
La forma de la subida utilizada varía dependiendo del área, estando frecuentemente relacionada por el ritmo a la sección previa sin la misma, sin embargo difiere en material melódico o tono.
Las canciones son rítmicamente complejas, caracterizadas por los cambios métricos frecuentes y una relación cercana con la danza ceremonial.
La Shawnee, que habla una lengua Algonquina, tiene un estilo relativamente complejo influenciado por las tribus cercanas del sureste.
[18] Extendiéndose por todo el Medio Oeste de los Estados Unidos hasta Canadá, la música del área de las Llanuras es nasal, con notas agudas y frecuentes falsetes y con un descenso escalonado (tono por tono hasta alcanzar una octava abajo) en una monofonía sin mezclar.
La música de esta área se caracteriza por la tensión vocal extrema, la pulsación, la preferencia melódica por las cuartas justas y un rango que alcanza la décima.
La mayoría de las canciones son iterativas y repiten cada frase una vez, aunque también se encuentran ejemplos ocasionales con múltiples repeticiones.
Herzog atribuye los similarmente simples arrullos, cuentos-canciones y canciones de juego encontrados en todo el continente históricamente a la música de la Gran Cuenca, la cual fue preservada a través del relativo aislamiento cultual y la escasa población.
La música de la tribus Salish, y más aún la Costa del Noroeste, intensifica las características significantes de la música Inuit; sin embargo, el movimiento melódico es frecuentemente como un péndulo ("saltando en intervalos grandes desde un límite del rango al otro").
Las voces son extremadamente tensas, produciendo contrastes dinámicos, ornamentación, pulsación, y a menudo acentos repentinos múltiples en una sola nota retenida.
[22] La evidencia arqueológica de la música indígena norteamericana se encuentra a partir del siglo VII.
Más recientemente, desde los años 50, la música nativa americana ha sido una parte importante de la investigación etnomusicológica, estudiada por Bruno Nettl, William Powers y David McAllester, entre otros.
Tommy Wildcat es un flautista contemporáneo, el cual crea flautas Cherokee de arundinaria gigantea tradicionales.
La flauta indígena norteamericana es la única en el mundo construida con dos cámaras de aire (hay una pared dentro de la flauta entre la cámara superior y la inferior, misma que contiene el silbato y los huecos para los dedos).
La cámara superior también sirve como un resonador secundario, el cual le da a la flauta su distinguido sonido.
Las flautas indígenas americanas históricas son generalmente afinadas con una variación de la escala menor pentatónica (tal como la que se obtiene tocando las teclas negras del piano), lo cual le da al instrumento su sonido dolorido característico.
Generalmente, la cámara de zumbido toca una nota fija, con la cual la otra flauta puede emitir sonido en armonía.