Inicialmente se observó a babor una escora de tres grados, que había ido aumentando continuamente.
Al mismo tiempo, vientos y olas golpeaban el barco por estribor.
Debido al gran oleaje y al movimiento excesivo, la carga sólida y líquida debajo de la cubierta desplazó su peso hacia babor, contribuyendo a la posición inclinada del barco.
Dos horas después de zarpar del puerto de Manila, el ferry se inclinó entre 30 y 45 grados hacia babor, lo que hizo imposible recuperarse.
De los 388 pasajeros a bordo, 150 murieron al quedar atrapados dentro del ferry o ser arrastrados por las olas y finalmente ahogarse.