Madre de la Iglesia

El título ya era usado por San Ambrosio de Milán (338-397), y recientemente usado con más frecuencia por Hugo Rahner, hermano de Karl Rahner.

Su interpretación, basada únicamente en San Ambrosio, cuya visión mariológica redescubrió, y junto a los escritores tempranos,[1]​ influyeron grandemente en el Concilio Vaticano II[2]​ y sobre Pablo VI que, citando a Ambrosio de Milán, declaró a María “Madre de la Iglesia”.

La misma visión han mantenido los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, este último en específico acreditó la postura de Hugo Rahnrer en este punto.

Según Juan Pablo II, la Madre del Redentor ocupa un lugar especial en la economía salvífica.

El teólogo Hugo Rahner mostró que la mariología en su origen era eclesiología.

María, por su parte, no es un ser aislado que se quede en sí misma.

Mosaico de Maria Mater Ecclesiae , en la Plaza de San Pedro