[3] Concedió además especiales indulgencias para los fieles que participasen en esas ceremonias.
Por ello aprovecha la cercanía del mes de octubre para recomendar, como ha hecho en otras ocasiones, a fin de que ese mes, consagrado a Nuestra Reina del Santo Rosario, se celebre con el mayor fervor, considerando las apremiantes necesidades que presenta el tiempo actual.
Recurrir a la Virgen es recurrir a la Madre de la Misericordia, pues ella está como intercesora, por encima de todos los hombres y todos los ángeles.
Por ellos cuando le saludamos con la salutación angelical, le recordamos su papel en la encarnación del Verbo y el modo en que ella está unida a la pasión de su Hijo.
Los misterios del rosario nos ponen delante la obra de la Redención obrada por Cristo, sus enseñanzas, su ejemplo de vida y la ingratitud con que la humanidad respondió a su amor hacia los hombres, que le llevó a la muerte en la cruz.