Es conocido por la violenta represión que llevó a cabo en la zona republicana a través de las llamadas Patrullas de Control que él mismo dirigía.
[1] Más tarde fue crítico de arte durante su exilio en Chile.
[3] Sin embargo, esta violencia y su gran influencia en las reuniones del Comité de la FAI le concedieron una gran popularidad entre numerosos anarquistas, especialmente entre las juventudes anarcosindicalistas.
Quizá es por esto, por la defensa que el primero realizó de ese proceso revolucionario, por lo que muchos siguen empeñados en alimentar la leyenda negra que sigue oscureciendo al personaje, magnificando su participación en las tareas represivas durante los primeros meses de la Guerra Civil.
Su única hija es la poetisa chilena residente en Argentina, Nuri Escorza Balasch.