Allí ejerció la oposición interna, dedicándose a denunciar varios casos de corrupción urbanística.
Fue elegido primer alcalde democrático de Abrera (1979-1983) por la "Entesa" (una coalición del PSUC con independientes).
Este hecho, junto a la conmoción que ocasionó, le convirtió en una especie de símbolo de la lucha por la democracia durante la Transición en todo el Estado.
[1] De corazón cordobés, encarna a aquellos catalanes que lo son a pesar de no haber realizado una integración lingüística plena.
[2] Es el primer alcalde que recibe la "Creu de Sant Jordi" precisamente por haber sido alcalde, y la concesión se ha interpretado también como un reconocimiento genérico a todo el colectivo de alcaldes de los primeros ayuntamientos democráticos.