Manuel Martínez Gargallo

Martínez Gargallo alcanzó cierta fama en los años 1920 cuando, bajo el seudónimo de Manuel Lázaro, publicó narraciones humorísticas en publicaciones como Buen Humor, Cosmópolis, Ondas, Gutiérrez, La voz, Cinegramas, ABC o Blanco y Negro, La Gaceta Literaria o Nuevo Mundo.

De allí pasó en 1935 a Ávila, ciudad donde se encontraba al estallar la guerra civil.

Al terminar la contienda fue nombrado juez instructor del Tribunal Especial de Prensa, órgano judicial encargado de perseguir y depurar a aquellos periodistas, humoristas y escritores que se hubieran significado en su apoyo a la Segunda República Española.

[4]​ Martínez Gargallo presidió el tribunal que, en marzo de 1940, condenó a muerte al escritor Miguel Hernández.

[4]​ Otro de los procesos a su cargo tuvo como acusado al escritor y periodista Diego San José, a quien había conocido en Madrid en los años 1920 y quien había mantenido notorias diferencias literarias con César González-Ruano, amigo íntimo de Manuel Martínez Gargallo.