Introdujo en el mundo de habla hispana el pensamiento económico alemán traduciendo a Van der Borght, Walter Schmidt, Otto Neurath, Wilhelm Lexis, Werner Sombart, C. J. Fuchs, Adolf Weber o Wolfgang Heller, y también a otros autores de las ciencias sociales y políticas como Karl Theodor Heigel, Ludwig Heyde, Harold Laski, Ramsay MacDonald o el influyente Carl Schmitt.
Entre sus alumnos estuvieron el futuro presidente Carlos Salinas de Gortari y Silva Herzog (hijo).
Regresó a la UNAM en 1949; estuvo en el México City College for the Leading lndustrialists y colaboró en la Encyclopaedia Americana, The Nation, la Revue de Science et Legislation financière, los mexicanos Cuadernos Americanos, El Trimestre Económico, Revista de Economía, Comercio Exterior e Investigaciones Económicas y en otras revistas venezolanas, paraguayas o cubanas.
También realizó informes para el Banco de México, en el que entre 1949 y 1953 dirigió la Planeación General en la Oficina de Investigaciones Industriales, desde donde colaboró con otros economistas españoles: Enrique Rodríguez Mata, Alfredo Lagunilla, José Bullejos y Leonardo Martínez Echeverría, por ejemplo.
En 1962-1963 realizó un viaje sabático por el Líbano, Siria, Egipto, Jordania, Israel y Turquía, los Santos Lugares, Grecia e Italia, donde continuó sus estudios acerca de la Cassa del Mezzogiorno y la “sociedad industrial” del Norte.
En París estudió en el Commisariat du Plan el vigente en Francia, varios proyectos del Midi y otros asuntos en la Escuela Nacional de Administración.
Fue director gerente de la editorial Atlante (1939-1945), donde dio trabajo a numerosos exiliados como el historiador Jaume Vicens Vives, los pedagogos Santiago Hernández Ruiz y Domingo Tirado Benedí, el médico Isaac Costero y el filósofo José Ferrater Mora, o a eruditos mexicanos como Alfonso Reyes.
El Fondo de Cultura Económica le encargó reediciones o nuevas traducciones del alemán, inglés, francés, italiano, a las que aportó con frecuencia documentadas introducciones.