Recordó que en Valdivia vivían algunos parientes suyos, por lo cual se embarcó hacia esa ciudad.
Por esos días se había organizado un festival de beneficencia, en el que parte del programa estaba dedicado a la música.
A María se le pidió que participara del evento, pero ella argumentó no hallarse convenientemente dispuesta; sin embargo, la insistencia de ciertos ciudadanos venció la renuencia de la maestra.
Tocó piezas de distintos compositores, tras lo cual recibió una calurosa ovación del público.
De sus discípulos más aventajados se cuentan María Aburto Oróstegui, Nina Frick y Alicia Castelblanco Echenique, entre otros.