Fue cónsul de la República romana en 36 a. C., junto con Lucio Gelio Publícola.
Proporcionaron un buen número de generales y diplomáticos.
[3] Tras la rendición de Perusia, fue el que trajo la reconciliación entre Octaviano y Marco Antonio.
[4] Se reencontró con Marco Antonio en el año 41 a. C. en Fenicia, permaneciendo a su lado como su legado.
Tuvo un hijo, Marco Coceyo Nerva, que fue un jurista formando parte del séquito del emperador Tiberio y según Tácito cónsul en 22 junto con Cayo Vibio Rufino.