Marina Núñez

[9]​ Sus obras se encuentran en las colecciones del Artium (Vitoria),[10]​ MUSAC (León),[11]​ el Patio Herreriano (Valladolid),[12]​ Es Baluard (Palma de Mallorca),[13]​ Colección La Caixa (Barcelona),[14]​ Fundación Botín (Santander),[15]​ CAB (Burgos),[16]​ CA2M (Móstoles, Madrid)[17]​ o FRAC Corsica,[18]​ entre otras.

[35]​En el año 2023, inauguró su exposición en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid titulada Nada es tan profundo como la piel.

[36]​ En cuanto a las exposiciones colectivas, se pueden destacar Transgenéric@s (1998, Koldo Mitxelena Kulturnea, San Sebastián), La realidad y el deseo (1999, Fundación Joan Miró, Barcelona), Zona F (2000, Espai d'Art Contemporani de Castelló), I Bienal Internacional de Arte (2000, Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires), Ofelias y Ulises.

En torno al arte español contemporáneo (2001, Antichi Granei, Giudecca, Venecia), Big Sur.

Neue Spanische Kunst (2002, Hamburger Bahnhof, Berlín), Pain; passion, compassion, sensibility (2004, Science Museum, Londres), Posthumous choreographies (2005, White Box, Nueva York), Identidades críticas (2006, Patio Herreriano, Valladolid),[37]​ Pintura mutante (2007, MARCO, Vigo),[38]​ Banquete (nodos y redes) (2009, Laboral, Gijón, y 2010, ZKM, Karlsruhe, Alemania), Skin, (2010, Wellcome Collection, Londres), Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010 (2012, MUSAC, León), Monstruo.

 Marina Núñez. Sin título (monstruos), 2010. Infografía sobre papel.
Marina Núñez. Sin título (monstruos), 2010. Infografía sobre papel. Rostros tensados, disgregados, rotos o explotados, que se derrumban y se yerguen reconvertidos sus rasgos en otros, monstruosos según el canon dominante, excitantes si se plantean como un territorio ignoto capaz de dejar atrás viejas servidumbres.
 Marina Núñez. Pesa el aire (2), 2016. Infografía sobre aluminio.
Marina Núñez. Pesa el aire (2), 2016. Infografía sobre aluminio. Ícaros imposibles, en los que la misma idea de imposibilidad se da en ambos géneros. El cuerpo perfecto de fuego volcánico está ya colonizado por una superficie entre piedra y madera de la que va surgiendo vegetación.
 Marina Núñez. El fuego de la visión (Jesús), 2016. Vídeo monocanal, sonido, 1’ 50”.
Marina Núñez. El fuego de la visión (Jesús), 2016. Vídeo monocanal, sonido, 1’ 50”. A través de un agujero que se abre en la pared, un ojo observa nuestro mundo. Su pupila se abre y fluye hacia nosotros, creando finalmente una forma biológica. La mirada, como el arte, si se plantea nuevas perspectivas, crea nuevos mundos.