Muy probablemente los integrantes de esta cultura eran los primeros indoeuropeos que habitaron los territorios actualmente correspondientes a Irán.
[3] Sin embargo no son las obras en metal lo más importante y original del arte Marlik que ha llegado hasta nuestros días, sino sus coroplastías, en especial sus recipientes de terracota.
Tal cerámica parece ser evidentemente funeraria, en rigor, prácticamente todo el arte Marlik se ha hallado en territorios, pero es muy probable que la cerámica zoomórfica fuera más utilitaria y se enterrara junto a sus dueños como parte de las ofrendas.
[4] La cerámica zoomorfa es lo más destacado y original del arte Marlik, gran parte de esta cerámica corresponde a recipientes, y en especial recipientes para líquidos (sobre todo corresponde a lo que los griegos llamarían rython).
[4] Sorprenden por lo depurado de sus líneas y el carácter casi escultórico tales recipientes de terracota roja o roja con matices pardos, por ejemplo los ojos apenas se insinúan con leves círculos, y las orejas suelen poseer orificios por los cuales pasaban probablemente cuerdas o los eslabones de cadenas.
Mārlik (llamado así por la abundancia de serpientes en el área) o Čerāḡ-'Ali Teppa (llamado así por el propietario del campo) es uno de los cinco montículos naturales con restos arqueológicos, los otros cuatro son Pila Qal'a, Jāzem Kul, Dur- e Bijār, y Zeynab Bijār, se registraron en el otoño de 1961 durante una inspección realizada por una expedición del Servicio Arqueológico de Irán (en adelante ASI) en las orillas del río Gowharrud, un afluente del río Sefidrud en el área de Rudbār en el oeste Cuenca del Caspio.