En su obra aparecen fusionados elementos vinculados a la arquitectura neocolonial como americana[1] Su familia paterna tuvo diversas residencias: vivieron por un tiempo en Colorado, luego en Texas, para establecerse definitivamente en St.
[2] En 1925 la empresa que tenía a su cargo el ferrocarril Santa Fe compró el hotel La Fonda en la plaza vieja de la ciudad de Santa Fe, Nuevo México y entonces lo alquiló a la empresa Harvey.
Con su trabajo Mary Colter definió una propuesta integral que demandó para su concreción que se contraten a artistas y artesanos de localidades vecinas para la producción de muebles, accesorios e iluminación.
[3] Sus construcciones se asemejan a viviendas de los nativos americanos, incluso parecen ruinas.
Esta apariencia es intencional y se lograba con la utilización de la cuchilla del arado como herramienta.
Su nombre pocas veces figuraba en los edificios que proyectó y tampoco recibió el merecido reconocimiento de sus colegas contemporáneos.