Enseñando en el Templo,[1] Jesús entra en debate sucesivamente con los fariseos, aliados con los herodianos, los saduceos y un abogado, silenciándolos finalmente a todos.
8Luego les dijo a sus siervos: «Las bodas están preparadas pero los invitados no eran dignos.
11Entró el rey para ver a los comensales, y se fijó en un hombre que no vestía traje de boda; 12y le dijo: «Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin llevar traje de boda?» Pero él enmudeció.
17Dinos, por tanto, qué te parece: ¿es lícito dar tributo al César, o no?
23Aquel mismo día se le acercaron unos saduceos —que niegan la resurrección— y le preguntaron: 24—Maestro, Moisés dijo: Si alguien muere sin tener hijos, su hermano se casará con la mujer y dará descendencia a su hermano.
46Y nadie podía responderle una palabra; y desde aquel día ninguno se atrevió a hacerle ya más preguntas.
[4] R. T. France sugiere que el tema teológico del reemplazo es muy fuerte en esta parábola, cuando los que habían sido invitados pero rechazaron las repetidas invitaciones, e incluso asesinaron a los mensajeros, fueron sustituidos por la gente nueva de grupos improbables, de las esquinas de las calles, incluyendo tanto buenos como malos, como los invitados.
[10] Varias traducciones inglesas modernas carecen de la redacción correspondiente al griego iiΚαὶ ἀποκριθεὶς, kai apokritheis: por ejemplo, la Biblia de Jerusalén dice: Jesús comenzó a hablarles otra vez en parábolas [11] y la Nueva Versión Internacional dice: Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo: ... [8] Los invitados al banquete de bodas declinaron asistir.
[7] Las palabras "lleváoslo, y" (ἄρατε αὐτὸν καὶ) faltan en la versión crítica Novum Testamentum Graece.
[14] Meyer argumenta que "la palabra ἄρατε, al no ser necesaria para completar el cuadro, fue tachada.
La lectura del Texto recibido [que incluye estas palabras] debe mantenerse".
[7] La parábola, semejante a otra que recoge San Lucas, completa el significado de las dos anteriores.
La figura del banquete adquiere una significación peculiar, ya que le sirve a Jesús para describir el Reino de Dios.
Con esta parábola explica la formación de la Iglesia como «convocatoria universal a la salvación».
La parábola presenta muchas ideas para el apostolado, que es la misión primordial de los cristianos.
Los siervos del Señor no deben dejar de empeñarse en encontrar otros -nuevos- invitados.
El evangelio reproduce una frase que puede parecer violenta: «Obliga a entrar».
Los fariseos y los herodianos tendieron una trampa a Jesús en relación con el impuesto romano sobre las urnas, al que se oponían ferozmente los judíos patriotas, pero Jesús desenmascaró a los que hacían la pregunta como [hipócritas].
[24] Los versículos que describen esta situación recogen la argumentación típica del aquél ambiente.
Respecto de la intensidad del amor a Dios escribía San Bernardo: