Las mechas lentas eran más adecuadas para emplearse en armas de pólvora negra, porque una mecha lenta se podía manejar con brusquedad sin apagarse, y solo presentaba una pequeña punta incandescente en vez de una gran llama que pudiera encender por accidente la pólvora cercana.
[1] En Japón, sin embargo, la mecha lenta se hacia trenzando hebras de corteza del ciprés japonés.
Para evitar arrastrar la mecha lenta sobre el suelo húmedo, a menudo se transportaba y se usaba un botafuego, que era un soporte de madera bifurcado insertado en el suelo y se usaba para sostener el extremo de la mecha lenta más alejado del arma.
Existen muchas fórmulas para la mecha lenta, que proporcionan tasas de combustión variables.
Para una combustión más rápida y usos actuales, como encender fuegos artificiales, generalmente se usa mecha negra entubada (a veces denominada combinación rápida) o punk en lugar de la mecha lenta.