Desde hace más de 30 años ella y su familia han sufrido daños ocasionados por la actividad minera.
[3][4] Melchora Surco ha luchado para que el Estado les otorgue atención especializada de salud.
Todo está contaminado”, expresó en conferencia de prensa realizada por Amnistía Internacional.
[13] Con un pueblo enfermo detrás, Melchora Surco y otros tres dirigentes de Espinar presentaron en 2019 una demanda contra varias instituciones del Estado por no declarar a la provincia en emergencia ambiental y sanitaria, pese a los estudios toxicológicos realizados en los últimos quince años que advirtieron la afectación de metales pesados en personas, animales, fuentes de agua y suelos.
“La gente [de mi comunidad] ha depositado su confianza en mí, dice Teresa Cuñachi, otra mujer indígena awajún y representante en la Plataforma de Bagua en Amazonas, región muy afectada por los derrames petroleros.
“Con esta fuerza salgo y les digo que vamos a lograrlo.
Le hice esta promesa a mi gente: luchar hasta el último.