Metanira

Cuando la diosa Deméter buscaba por todo el mundo a su hija Perséfone (que había sido raptada por el dios Hades), llegó a aquel reino metamorfoseada en una anciana que se hacía llamar Deó y fue recibida hospitalariamente en la mansión real.

Metanira la encargó de la atención al bebé Demofonte, recién nacido.

Agradecida por la hospitalidad con que la familia real la había recibido, Deméter decidió que haría inmortal al recién nacido, cuyo cuidado se le encomendaba.

[1]​ Accidentalmente, Metanira apareció en las dependencias en que se estaba celebrando el rito y, asustada al ver a su hijo sobre las llamas, empezó a gritar desesperadamente, rompiendo el hechizo.

La diosa, según se relata en los Himnos homéricos, censuró a Metanira su conducta con estas palabras: En otra versión, el hijo de Metanira al que quiso hacer inmortal Deméter no era Demofonte sino su hermano Triptólemo.