Millerandage

Para algunas variedades que son propensas a una madurez desigual dentro del racimo, como Sangiovese, Zinfandel y Gewürztraminer, el desarrollo del millerandage puede ser desfavorable a causa de los "sabores herbales" que provoca.

Para otras variedades, como Pinot noir o el clon mendocino de Chardonnay, la calidad del vino podría incluso mejorar, a causa del pequeño tamaño de sus bayas y a su proporción entre pellejo y mosto.

Siguiendo el dominio apical de la vide, los brotes superiores comienzan a florecer primero y la floración se completará en 7 o 10 días.

Para algunas variedades, como Zinfandel y Merlot, la floración puede ser más escalonada, lo que plantea mayor riesgo de millerandage.

[4]​ Si bien no es tan importante como la temperatura, la presencia de lluvia puede lavar el polen del estigma o diluir en gran medida el líquido del estigma, haciendo que el polen absorba demasiada agua, hinchándose y estallando antes de llegar a los óvulos.

Racimo con signos de millerandage con pequeñas bayas inmaduras repartidas por todo el racimo.
Durante la etapa de floración (inflorescencia), las bajas temperaturas y la presencia de lluvia pueden influir en el desarrollo del millerandage.
Las uvas que desarrollan millerandage no tendrán semillas, lo que las hará más pequeñas y potencialmente con una mayor proporción de jugo y piel, lo cual puede ser deseable en la elaboración del vino. Sin embargo, es posible que estas bayas más pequeñas no maduren completamente y podrían agregar sabores muy ácidos y herbales al vino.