Posteriormente vinieron a América como Juan María Salvatierra en Baja California, y Eusebio Francisco Kino, en Sonora.
No existen otros centros poblaciones que sirvan referencia geográfica para su ubicación.
El templo cuenta con una escalera de caracol al segundo piso trabajada en cantera rosa, que lleva al campanario, mismo que cuenta con 2 campanas: una grande y una chica.
La misión también cuenta con un huerto con olivos, granados, palma datilera, mangos y álamos.
Esta misión funcionó hasta 1818, cuando quedó abandonada por falta de población.
[3] La fiebre amarilla llegó a la misión y murieron algunos de los pobladores incluso los sacerdotes residentes.
En ella habita una familia que se encarga de la custodia (Teodoro Castillo).
La Misión recibe la visita de viajeros y lugareños que celebran en octubre la fiesta del santo.
En la misión existe el propio edificio principal que comprende la iglesia, cuartos misionales, cocina y un molino.