[6][b] Con el fin de reunir todas las propiedades del monasterio, Pedro Alfonso compró a los herederos sus raciones.
[15] En la entrada correspondiente a San Julián de Belmonte del Diccionario geográfico-estadístico-histórico (1846) de Pascual Madoz se hacía referencia a que «se conserva aun el edificio que fué monast.
[17] En 1151 Alfonso VII de León otorgó un privilegio al monasterio conocido como el «fuero o carta fundacional».
[19] Era frecuente que los monjes enterraran a los fallecidos en el patio del monasterio, por lo se cree que en Santa María de Lapedo puedan encontrarse tumbas y restos humanos.
Tras la desamortización dieron permisos para construir con las piedras del monasterio diferentes edificios del pueblo de Belmonte de Miranda como la cárcel, actual biblioteca, y gran cantidad de casas vecinales, gracias a esto aún se pueden ver los restos del monasterio por la villa.