Finalmente, junto a esta y mirando únicamente hacia la actual Calle Cuenca, había una casa más pequeña del mismo propietario[7] Estas cinco casas fueron vendidas y formaron la base para la construcción del nuevo monasterio[7][5] Como queda dicho, el conquistador, y más tarde albañil o arquitecto empírico,[5] Alonso de Aguilar entregó las dos casas que ocupaban el lado occidental de la Plazuela de Alonso Casco.
[3][8] (también llamada Francisca Docampo[5]), viuda del capitán Juan López de Galarza.
[7] Sin embargo, este primer intento se hizo sin seguir los debidos procedimientos civiles y eclesiásticos.
En particular, no se contaba con la licencia del Rey ni del obispo, y su fundadora tenía mantenía ciertos litigios por deudas[8] De manera que el obispo declaró nulo este primer intento de establecer el monasterio.
Es tan amplia que llega a cubrir gran parte de la iglesia del monasterio.