[18] Sin embargo, a penas se conocen datos adicionales acerca de la historia y ubicación del mosaico, debido a que, el yacimiento arqueológico de Eugenia Montijo aún no ha sido propiamente estudiado.
[19] Una vez descubierto por la familia Montijo, se ha documentado que Próspero Merimée, también aficionado a la arqueología, contribuyó en las primeras restauraciones del mosaico.
[21] Más adelante, en 1982, el mosaico fue restaurado de nuevo, por Santiago Ferrete Ponce, para después exhibirlo en el Museo Municipal.
Los fragmentos del mosaico habían sido conservados anteriormente agregándoles un soporte basado en cemento y arena, junto con una estructura metálica.
Además, el mosaico presentaba acumulaciones calcáreas, lo que afectó en mayor grado a las teselas de color negro.
Los abolsamientos fueron fijados, las grietas que presentaba fueron selladas utilizando grapas de hierro por el reverso del soporte.
Utilizando ácido oxálico en bajas concentraciones y realizando sucesivos baños de agua, fueron eliminadas las concreciones calcáreas.
Finalmente, la limpieza del mosaico se llevó a cabo con agua y un cepillo de cerda suave.
Para este proceso fue eliminado el cemento que contenían las teselas y añadido un material llamado exaduro (un dihidrato de sulfato cálcico).
[25] La parte central del mosaico está poco conservada, apreciándose solamente la cabeza, cuello y patas delanteras de lo que podría ser un tigre o una pantera sujeta por un collar que está agarrado por una mano humana.
[34] Asimismo, en el mosaico puede apreciarse que la mujer retratada viste una túnica romana y utiliza un colgante de piedras verdes.
[35] Esta figura ha sido consensuadamente atribuida a la del dios Baco, que, aparece en otras representaciones como jinete de una pantera.
Aunque se ha perdido gran parte de la zona central del mosaico, donde puede apreciarse la figura de una pantera siendo domada por un brazo humano, es considerado que aparecía una figura humana que encarnaba a Baco.
[39] Su estilo artístico pertenece al periodo romano tardoantiguo, motivo por el cual, muestra similitudes con otros mosaicos de la misma época.
Por ejemplo, hay múltiples mosaicos, hallados en la península ibérica y fechados en el periodo tardoromano, que también representan a las cuatro estaciones del año.
[40] La conceptualización de las cuatro estaciones en mosaicos hispánicos es una tendencia artística adquirida por todo el imperio romano.