Algunos estudiosos, como David West, sin embargo, consideran que dicho significado es una invención y han propuesto otra etimología en la que hacen derivar el nombre de las palabras ugaríticas ar y adn, cuyo significado vendría a ser «luz del padre o señor».
Tras la muerte de su hijo Androgeo, Minos decidió atacar Atenas y además lanzó una serie de maldiciones que provocaron que el territorio ateniense sufriera sequías y hambre.
Ariadna se enamoró de Teseo a primera vista, como otros personajes femeninos que ayudaron a provocar el nuevo orden (un mitema que fue caracterizado como «de los desertores» por Ruck y Staples), y le ayudó dándole un ovillo del hilo que estaba hilando o,[3] según otras fuentes, una corona luminosa para que pudiese hallar el camino de salida del Laberinto[4] tras matar al Minotauro.
En una versión alternativa, Teseo no la abandonó, sino que Ariadna fue raptada por Dioniso y la llevó a la isla de Lemnos.
[14] Ariadna fue especialmente adorada en Naxos,[7] Delos,[7] Chipre[7] y la región de Lócrida.
[21][3]Teófilo de Antioquía dice que estos cuatro fueron, en cambio, Toante, Estáfilo, Marón y Eunoo.
Este tema se repitió continuamente a partir de este momento y, en el Barroco, se popularizó una variante que representa las bodas de Dioniso y Ariadna en presencia de Afrodita y donde a veces Ariadna recibe la corona que después, según el mito, se transformó en una constelación.
Creen que este personaje debe identificarse con el teónimo documentado en tablillas micénicas da-pu-ri-to-jo po-ti-ni-ja («Señora del Laberinto») y que para Homero y la mitología griega posterior, los orígenes divinos de Ariadna se diluyeron.
425–410 a. C., M.A.N., Madrid), Teseo arrastra al Minotauro desde un laberinto parecido a un templo, pero la diosa que le ayuda es Atenea.
Para los mitógrafos atenienses la mentora del fundador de Atenas es Palas Atenea y Ariadna no es más que un trofeo.
Según algunos habría en realidad dos Ariadnas: Por otra parte, una mención de Homero en la que se dice que Dédalo construyó para Ariadna una pista de baile[36] ha sido interpretada por algunos mitólogos como una alusión a la construcción del laberinto y también se ha sugerido que podría tratarse de una ofrenda a Ariadna no como princesa sino como divinidad protectora.