El texto estuvo custodiado en la caja fuerte de un banco del que era empleado su amigo Luis Corona, no siendo publicado hasta el año 1966 en México por la editorial Era y gracias a la ayuda de Eulalio Ferrer.
[1] El título del libro hace referencia a un grupo de presos políticos condenados a muerte en Alcalá de Henares por las autoridades franquistas y que vivían sus últimas Navidades, tiempo durante el que se suspendían las ejecuciones, reanudándose éstas justo después de Reyes.
En realidad Amblard era su tercer apellido y Escalera lo había usado en algunos textos que escribió en presidio.
Sin embargo, aconsejado por personas influyentes como el exministro Ruiz Giménez,[1] Escalera se marchó a México ante la posibilidad de que su identidad fuese descubierta.
[…] Manuel de la Escalera estaba llamado a ser un grande y lo fue, pero sólo para muy pocos.» (Gregorio Morán, El cura y los mandarines) «Es uno de los libros más estremecedores que he leído sobre el tema.
Escalera realiza un cariñoso retrato del olvidado escritor jerezano Francisco Burgos Lecea, compañero suyo en presidio.
Muerte después de Reyes ha sido publicado por tres editoriales a lo largo del tiempo.
Habrían de pasar casi cuarenta años, para que el libro volviera a reeditarse por Akal en 2015.