Se redactan entonces los estatutos del “Centro Cultural José María Moreno Galván -Casa Panera-”, que fue su primera denominación, se crea un Patronato y se procede al nombramiento de una Junta Rectora constituyente, tomando parte en ambas Francisco Moreno Galván y José Manuel Caballero Bonald, entre otras autoridades culturales.
De cara a ese fin, se constituye un nuevo Patronato y se crea una comisión asesora para la adquisición de obras, integrada por Josep Guinovart, Luis Caruncho, Francisco Reina y José Soto.
El resultado de todo este proceso ha generado una colección de arte contemporáneo en la que quedan representadas las corrientes más significativas de la segunda mitad del siglo XX: el surrealismo, con Roberto Matta y Carlos Alcolea; el expresionismo abstracto, con José Guerrero; el informalismo, con Millares, Lucio Muñoz, Guinovart o Bonifacio; la abstracción geométrica, con José Ramón Sierra, José María Bermejo y Diego Ruiz Cortés; el realismo social, ampliamente representado por la Colección Boj; el pop art, con Carbó-Berthold; el expresionismo lírico, con Dokoupil, Mercedes Ruibal, Ocaña o Valdivieso; el paisajismo moderno, presente en Joaquín Sáenz y Carmen Laffón; y el arte conceptual, con Ricardo Cadenas o Rogelio López Cuenca.
Por otra parte, esta misma intención de mantener vivo su espíritu es la que ha guiado el programa de exposiciones desarrollado desde la reapertura en 2011, trazando una línea de continuidad respecto a su labor divulgativa sobre el arte, y haciendo éste accesible tanto para el público no instruido como para los ya iniciados en los códigos del arte contemporáneo.
Si el arte es ante todo «testimonio», testigo de su tiempo, como reiteraba una y otra vez José María Moreno Galván, atender a las manifestaciones artísticas del presente no puede ser sino una exigencia para su Museo.