[4][5] Silvia Demirdjian señala que al proponer ALCA, Estados Unidos se apartó de su tradicional tendencia a negociar con otros países de manera bilateral, que le garantizaba imponer su mayor poderío económico y militar.
[6] En 1995 el sector empresarial creó el Foro Empresarial de las Américas (FEA) con el fin de reunirse simultáneamente y en el mismo lugar en que se realizaban las reuniones ministeriales y presidenciales del ALCA, para realizar lobby sobre las mismas.
[5] Ya en la década de 1980 aparecieron en Canadá organizaciones para luchar contra el libre comercio que Estados Unidos pretendía imponerle a ese país.
Al año siguiente apareció una organización nacional, Pro-Canadá Network, luego llamada Action Canada.
[5] En Estados Unidos la negociación del NAFTA impulsó el acercamiento entre las organizaciones sindicales y ecologistas, que tradicionalmente se habían mantenido alejadas, que llevaron a la creación de Citizens Trade Campaign (CTC) y la Alliance for Responsible Trade (ART).
El principal resultado del foro fue la creación de la Alianza Social Continental, integrada por organizaciones sociales y sindicales del continente, que se convertirá en la organización central del movimiento opositor al ALCA, que sentó su posición en dos documentos, uno sindical denominado "Manifiesto de los Trabajadores y Trabajadoras de las Américas" y otro una declaración multisectorial denominado "Construyendo la alianza social continental frente al libre comercio".
En el mismo la ASC presentó un documento titulado Alternativa para las Américas: construyendo un acuerdo hemisférico de los pueblos.
La manifestación cuestionó duramente al libre comercio, reclamando un orden internacional fundado en la idea de comercio justo (fair trade), llegó a convocar la presencia ante los manifestantes del presidente Bill Clinton y paralizó durante años el funcionamiento de la OMC.