Cultivó la ópera, como así también el concierto, el oratorio, y la canción de cámara.
En este teatro, y luego de medirse en pequeños roles, fue Roles que se sumaron a los de Lola, Siébel, Preciosilla, Suzuky, Mary, Flosshilde, Waltraute, y Norna, entre otros.
Accedió a los grandes roles de mezzosoprano y aún de soprano dramática: Dorabella, Charlotte, Carmen, Eboli, Amneris, Adalgisa, Leonora, Yocasta, y Magda Sorel.
Luego de su retiro como cantante, se dedicó a la docencia.
Entre sus discípulas se contaron las destacadas mezzosopranos Virginia Correa Dupuy y Mabel Perelstein, como también el tenor marplatense Javier Fontana