Nothing Really Matters

«Nothing Really Matters» es una canción interpretada por la cantante estadounidense Madonna, incluida en su séptimo álbum de estudio, Ray of Light (1998).

[9]​ Un aspecto que O'Brien analizó es cómo la maternidad había transformado a la artista de manera positiva.

Está compuesta en la tonalidad de fa mayor y el registro vocal se extiende desde las notas fa3 a la4.

[17]​ Inicia con una introducción instrumental sintetizada donde el uso de la electrónica toma protagonismo a través del timbre.

[16]​ La artista canta la primera estrofa, bajo los sintetizadores «glaciales» de Orbit, y explica cómo era su vida antes de que su hija naciera: When I was very young, nothing really mattered to me, but making myself happy, I was the only one.

[16]​ La «sensación» de balada da paso a una pista dance de tempo medio en el estribillo, que evoca las obras anteriores de la cantante, mientras canta los versos Nothing really matters, love is all we need, everything I give you, all comes back to me («Nada importa realmente, el amor es todo lo que necesitamos, todo lo que te doy, todo regresa a mí»).

[12]​[18]​ La influencia del dance puede observarse en el estribillo, que utiliza un contratiempo de bajo rítmico para establecer esa conexión.

[16]​ La producción ambiental se vuelve moderada, aunque puede escucharse un pitido somero de derecha a izquierda.

Hay varias líneas de cuerda tenues y se aprecia la «profundidad» del campo estéreo.

En este sentido, opinó que en «Nothing Really Matters», reconoce las «formas egoístas del pasado».

[21]​ No tan distante, Alex Frank de Pitchfork lo describió como un número «al estilo budista sobre vivir el momento y deshacer los motivos egoístas del estrellato».

En cambio, Madonna utiliza un enfoque más narrativo, «canta frases largas, su voz cuenta una historia [y] afirma su autoría».

En general, Promis escribió que el grupo de versiones «transforma por completo la canción y lo convierte en un sencillo interesante».

[44]​ En términos generales, «Nothing Really Matters» obtuvo reseñas variadas, aunque en su gran mayoría favorables; críticos, académicos y periodistas musicales resaltaron la composición y la reconocieron como una de las más destacadas de Ray of Light.

[52]​ J. D. Considine de The Baltimore Sun señaló que el álbum ofrecía melodías «inteligentes y profundas en ritmo» como «Nothing Really Matters».

[70]​[71]​ «Nothing Really Matters» también ingresó a listas de otras publicaciones musicales del país.

[83]​[82]​ Fue el cuarto sencillo de Ray of Light en llegar a la primera posición en España, donde se mantuvo por dos semanas consecutivas,[84]​[85]​ y también alcanzó la cima en Hungría.

[104]​[106]​ En una entrevista con el presentador y periodista Larry King para la CNN, comentó que había sido su «musa» durante los últimos seis meses,[107]​ e incluso adoptó en broma dicho nombre, a tal punto que su hija Lourdes se refería a ella como Hatsumomo: «Cuando subía al set, decía, "hola, Hatsumomo".

Siempre tengo que ponerme cómoda frente a la cámara y bailar en plataformas de doce pulgadas».

[115]​ Madonna interpreta dos papeles separados, pero inspirados en la geisha, y luce versiones modificadas del kimono.

En esta primera escena, porta una representación contemporánea en negro brillante del kimono tradicional, con maquillaje y una línea roja que enmarca sus ojos.

[104]​ En los MTV Video Music Awards de 1999, Renck, Bjorn Benckert y Tor-Bjorn Olsson recibieron una nominación a mejores efectos especiales.

[117]​[119]​ Soman S. Chainani de The Harvard Crimson manifestó que el vídeo «explota» en movimientos angulares e imágenes surrealistas.

[120]​ Carol Clerk lo describió como una «fantasía de pesadilla al estilo japonés» y añadió que Madonna, con su cabello negro, el kimono rojo y sus atmósferas «poderosas e inquietantes», busca el «estilo por encima de la sustancia, la oscuridad sobre la luz».

[23]​ El editor Michael Angelo Tata, en Madonna's Drowned Worlds: New Approaches to her Cultural Transformations, 1983-2003 (2004), indicó que el «incipiente orientalismo» que la intérprete había presentado en «Frozen» se fragmentaría y produciría una «crisis psicótica de geisha» en «Nothing Really Matters».

[123]​ El hermano de la cantante, Christopher Ciccone, diseñó la escenografía y dirigió la presentación,[124]​ que tuvo una temática japonesa.

Con su atuendo de geisha, [...] la mujer demostró que es un Epcot Center ambulante, con mucha moda y poca cultura.

[150]​[151]​ Eric Diaz del portal Nerdist lo nombró su séptima mejor producción audiovisual y recalcó que era el «más interesante» de toda la era Ray of Light.

Al final, fueron seleccionadas tres portadas que se utilizaron en distintas partes del mundo.

Esto fue criticado por Joey Guerra del Houston Chronicle, quien percibió una falta de originalidad y opinó que «pudo haber sido un episodio perfecto.

Para «Nothing Really Matters», Madonna trabajó con el productor William Orbit luego de que Guy Oseary (fotografía) , socio de la discográfica Maverick , se contactara con él y le solicitase algunas melodías para la cantante
« ...Baby One More Time » de Britney Spears (fotografía) evitó que «Nothing Really Matters» liderara la lista European Radio Top 50
Johan Renck , director del vídeo de «Nothing Really Matters»
Madonna interpretando «Nothing Really Matters» como tema de apertura en la gira The Celebration Tour (2023-2024)
El kimono rojo diseñado por Jean-Paul Gaultier y utilizado por Madonna tanto en el videoclip como en la presentación de «Nothing Really Matters» en los premios Grammy de 1999. Varias publicaciones lo han citado como uno de los looks y atuendos más icónicos de la cantante