El origen del obelisco se encuentra en un encargo del emperador de Domiciano (reinó desde el 81 d. C. hasta el 96 d. C.) a las canteras de Asuán.
Fue trasladado a Roma donde estuvo entre el Templo de Isis y Serapis del Campo Marzio.
Con este motivo se planteó una reforma de la plaza que incluiría una fuente, que debería incorporar los restos del obelisco que se encontraba en las ruinas del Circo de Majencio.
[3][4] En 1648 Inocencio X visitó los trabajos que se llevaban a cabo en el Circo de Majencio.
Al año siguiente se produjo la colocación del obelisco en su ubicación actual, aunque los trabajos en la fuente se extenderían hasta 1651.