Posteriormente, Garnier escribió: "la cárcel me hizo aún más rebelde".
Continuó sus actividades delictivas sin demasiado éxito y junto a Callemin, comenzó a planear la conformación de un grupo expropiador anarquista, que sería conocido en la prensa como la Banda Bonnot.
La explosión derrumbó la estructura dejando a sus ocupantes inconscientes; el indefenso Garnier fue asesinado por la policía con un disparo de 9mm.
Unas memorias redactadas por Garnier fueron encontradas por la policía junto a su cuerpo.
En ellas se explicaban sus actividades delictivas, concluyendo: "es por todas estas razones que me rebelé, porque no quería vivir esta vida al día, porque no quería esperar y quizás morir antes de alcanzarlo, que me defendí de mis opresores con todos los medios de los que disponía..."