Guderian siempre consideró Yelnia un punto muy importante estratégicamente, una ciudad que podría servir de base para lanzar un futuro asalto hacia Moscú; no es casualidad que también fuera ocupada por los franceses durante la invasión al Imperio Ruso comandada por Napoleón Bonaparte en 1812.
Este ataque también eliminó el riesgo de que el ejército nazi amenazara con amenazar el flanco izquierdo del Frente Occidental y la Reserva del ejército soviético, eliminando un importante trampolín alemán en el plan de ataque a Moscú.
Durante la campaña de Yelnya, el ejército alemán perdió 45 mil soldados, incluida la división SS "Skull" del partido nazi.
El número estimado de bajas soviéticas varió mucho según la fuente; entre los soldados muertos se encontraba el mayor general Konstantin Rakutin.
Las autoridades soviéticas no tardaron en aprovechar la Ofensiva de Yelnia con fines propagandísticos, anunciándola como una gran victoria del Ejército Rojo y presentando a Zhúkov como un héroe nacional.