Ojos de papel volando

Se trata de los años en los que el escritor impartió docencia en la Universidad del País Vasco.

El libro es la primera obra de ficción que publicó Blanco Aguinaga, utilizando como esquema el característico de las novelas detectivescas, con un claro trasfondo político en el que se reflejan las preocupaciones al respecto del autor.

Sánchez, como es habitual en el género, es un gran bebedor, fumador empedernido, a quien la suerte no parece acompañarle.

Con su secretaria Lola tiene una oficina en el centro de Madrid donde no abundan los casos para resolver.

Al final de la novela, en su último capítulo, "Cosas en las que Sánchez debería de haber pensado", el autor repasa los errores cometidos por el detective, errores que, perseguido por varios matones, le han llevado a la muerte.