Orígenes del movimiento obrero en España

Los orígenes del movimiento obrero en España se sitúan en Cataluña en las décadas de 1830 y 1840 ya que era el único lugar de España donde existía una industria moderna, el sector textil algodonero.

Los sublevados, unos 1200 hombres, exigieron además que se desmontasen las máquinas restantes.

La Comisión de Fábricas responde que los obreros «holgazanean», pierden tiempo comiendo bocadillos y bebiendo vino, además de negar que los patronos estén disminuyendo los salarios «al menos en la generalidad».

Al principio tuvieron un carácter temporal con una finalidad concreta, pero las comisiones obreras formadas para discutir las reivindicaciones con los patronos pidieron al capitán general de Cataluña que las autorizara para convertirse en asociaciones permanentes.

Sin embargo, los obreros encabezados por Juan Munts dimitieron en marzo de 1841 por considerarla ineficaz.

[14]​ La sociedad de tejedores siguió funcionando «clandestinamente» en los años siguientes como lo prueba que fuera mencionada en octubre de 1845 por el jefe político de Barcelona para dirimir un conflicto laboral y que en 1850 un bando del gobernador amenazara a las «sociedades creadas sin autorización» con llevar a sus miembros ante los tribunales aplicándoles las leyes sobre las sociedades secretas.

En 1852 un nuevo bando, esta vez del capitán general, advertía a los perpetradores de desórdenes y «crímenes» que serían juzgados por comisiones militares.

Al año siguiente se reiteraba la prohibición de las «coaliciones» —el término empleado entonces para referirse a las huelgas—.

Asimismo se fundan asociaciones culturales obreras como «La Velada de Artistas, Artesanos, Jornaleros y Labradores», nacida en Madrid en 1847, que más tarde adoptó el nombre de «Fomento de las Artes» o el orfeón popular compuesto por obreros fundado en Barcelona por Anselmo Clavé en 1850.

Tres personas detenidas y acusadas de haber participado en los incendios fueron fusiladas.

[17]​ Solo después de la llegada del nuevo gobernador civil Pascual Madoz el 11 de agosto se alcanzó un acuerdo provisional que puso fin a la huelga.

Se formó entonces una Junta elegida por sufragio universal, y los trabajadores estuvieron en huelga varios días hasta conseguir los aumentos salariales que pedían.

[21]​ Hasta el obispo de Vich se sumó a los llamamientos que hicieron las autoridades para que volvieran al trabajo: «Si en vuestra vida laboriosa tenéis que sujetaros a algunas privaciones, la religión nos enseña la resignación y el sufrimiento, la religión nos consuela, prometiéndonos más abundantes felicidades para una vida venidera, cuanto mayores hayan sido las privaciones en la presente».

Para entonces la represión ya había comenzado: la fragata «Julia» partió hacia La Habana con setenta obreros detenidos a bordo.

El 9 de julio hubo manifestaciones en las Ramblas y unidades del Ejército tomaron posiciones en los barrios obreros.

Las fábricas abrieron pero casi ningún obrero se reincorporó al trabajo.

En torno a esa estructura asociativa, y en parte gracias a ella, se producen ya movimientos en los que participan los no asociados; las huelgas importantes, la campaña de firmas por la "Exposición"…».

En cambio, hay un gran deslindamiento entre esta actividad socio-profesional y la política, a cargó ésta de demócratas y republicanos, que no dejan de tener influencia en algunos núcleos obreros».

El segundo fue dirigir una petición al Gobierno para que se reconociese la libertad de asociación, «ya que cuantas exposiciones han sido dirigidas a las Cortes han sido otras tantas piedras tiradas en honda sima».

[40]​ Allí se acordó apoyar el establecimiento de la República Federal y la participación de la clase obrera en las elecciones y la publicación del semanario La Federación —que se convertiría en el periódico internacionalista más importante—.

También resultó elegido Baldomer Lostau i Prats, que luego se integraría en la sección barcelonesa de la Internacional.

[1]​ Aunque la AIT fundada en Londres en 1864 ya era conocida, el contacto directo con la misma se produjo a través del italiano Giuseppe Fanelli, enviado por Bakunin, que llegó a Barcelona a finales de octubre de 1868 donde se entrevistó con los dirigentes de la Dirección Central.

Ocho miembros del grupo madrileño se integraron también en la Alianza, desconociendo que lo que ésta propugnaba era contrario a lo aprobado por la Internacional, influida por las ideas de Karl Marx.

Además estos primeros grupos se dotaron de un doble nivel organizativo: uno público y otro secreto.

[48]​ En septiembre de 1869 dos representantes del núcleo barcelonés, Rafael Farga Pellicer y el médico Gaspar Sentiñón, acudieron al IV Congreso de la AIT que se celebró en Basilea.

El grupo madrileño solo envió un saludo, pues no contaba con dinero suficiente para pagar el viaje.

En el Congreso Farga y Sentiñón propusieron que el próximo se celebrara en Barcelona, «la capital industrial de la República federativa ibérica».

[49]​ También presentaron un informe sobre la situación en España tras el triunfo de la Revolución de septiembre de 1868 en el que decían:[40]​ En Basilea, Farga Pellicer y Sentiñón establecieron una relación estrecha con Bakunin, con el cual ya habían contactado por carta, lo que determinó un cambio en sus concepciones que luego se trasladará al movimiento obrero catalán.

«En este ambiente fue posible que el núcleo dirigente bakuninista barcelonés hiciera triunfar algunas de sus propuestas en el primer congreso obrero español, que tuvo lugar en Barcelona en junio de ese año».

[51]​ En enero de 1870 el grupo de Madrid, que ya contaba con 23 secciones de oficio, sacó a la calle el periódico La Solidaridad, en cuya redacción participaban Vicente López, Hipólito Pauly, Máximo Ambau, Juan Alcázar, Anselmo Lorenzo, Francisco Mora y Tomás González Morago.

Trabajadores de una fábrica textil catalana
Trabajadoras de la misma fábrica
Telar manual catalán
Fábrica con máquinas hiladoras mule-jennies
Fábrica con máquinas de hilar selfactinas
Certificado, expedido en inglés, de pertenencia a la Asociación Internacional de Trabajadores .
Rafael Farga Pellicer , secretario general de la Dirección Central de las Sociedades Obreras que convocó el Congreso Obrero de Barcelona de 1868 . Participó en el Congreso de Basilea de la Primera Internacional donde se relacionó con Bakunin , cuya influencia trasladó al movimiento obrero catalán.
Grupo de fundadores de la Primera Internacional , en Madrid, en noviembre de 1868. Giuseppe Fanelli aparece en el centro, arriba del todo, con una larga barba.
Bakunin en el Congreso de Basilea de la AIT de 1869. Dibujo de Rafael Farga Pellicer .