Ozonoterapia

[1]​ No existen pruebas creíbles en publicaciones revisadas por pares que respalden el uso del ozono como un tipo válido de tratamiento médico,[2]​ aunque algunos meta-análisis publicados en revistas indexadas han sugerido que la ozonoterapia podría ser útil para el tratamiento de hernias discales lumbares,[3]​[4]​la comunidad científica general considera que la ozonoterapia es una "charlatanería descarada"[5]​que se ha vendido como tratamiento para diversas enfermedades, incluido el COVID-19, VIH/sida, y cáncer.

[8]​ En los siguientes epígrafes el código proporciona muchos más detalles sobre sus efectos dañinos y considera fraudulentos los generadores de ozono y sujetos a confiscación si se promocionan con fines médicos o se utilizan en hospitales u otros lugares ocupados por enfermos, ya que su uso con fines médicos se encuentra prohibido en los EE. UU.

[9]​ En la Unión Europea los generadores de ozono para uso médico son considerados productos sanitarios.

[15]​ Durante la Primera Guerra Mundial se usó el gas ozono para la limpieza y desinfección de heridas.

[19]​ A partir de los años 80 del siglo pasado se generalizó mundialmente el concepto de la "Medicina Basada en la Evidencia" MBE (del inglés Evidence-Based Medicine), que consideraba insuficiente el razonamiento fisiopatológico tradicional hasta el momento para tomar decisiones clínicas.

[20]​ Los puntos a considerar por la MBE son: La colaboración Cochrane es una organización sin ánimo de lucro.

[8]​ En los siguientes acápites el código proporciona detalles sobre sus efectos dañinos y considera fraudulentos los generadores de ozono si se usan en hospitales u otros lugares ocupados por enfermos.

[25]​ Por regla general, los estudios favorables a la ozonoterapia son solo aquellos realizados por terapistas del ozono en consultas de carácter privado.

[2]​ Se utilizan diferentes vías, parentelares y tópicas, para administrar el ozono sin que tenga efectos tóxicos en el organismo.

[28]​ Esto permite la reacción inmediata con los compuestos y biomoléculas solubles presentes en estos fluidos.

Es por ello que cuando la sangre humana es expuesta a dosis no tóxicas de oxígeno-ozono, ambos gases se disuelven en el plasma, pero mientras que el oxígeno se equilibra entre la fase gaseosa y el plasma al reaccionar apenas con ninguna substancia, el ozono no puede equilibrarse, ya que reacciona de forma inmediata con biomoléculas presentes en el plasma y se agota totalmente.

Este hecho explica que una dosis muy baja de ozono puede ser ineficaz o equivalente a placebo.

[29]​ El ozono tiene una gran afinidad por los dobles enlaces carbono-carbono (C=C) presentes en algunos compuestos orgánicos,[30]​ como los ácidos grasos insaturados.

[34]​ En este caso, tiene un efecto bactericida directo, pues debilita la membrana del microorganismo e induce su muerte.

Partiendo de esa reacción del ozono, según el tejido dónde se administra, sus metabolitos (ERO y POLs) producen distintos efectos, que han sido estudiados en laboratorio sobre muestras biológicas y animales de experimentación.

Entre las aplicaciones propuestas para la ozonoterapia se encuentran: Se ha afirmado que esta terapia puede usarse para diversas enfermedades, incluyendo cáncer, sida, esclerosis múltiple, artritis, enfermedades cardiovasculares, Alzheimer, enfermedad de Lyme, entre otras.

[68]​ Existe en Bélgica cierta controversia legal acerca de su uso por atletas para mejorar su rendimiento físico.

[70]​ Cuando es infusionado con sangre humana, el ozono puede llegar a producir EROS (especies reactivas del oxígeno) o radicales libres,[71]​ una exceso de estos es conocido que causa estrés oxidativo y daño celular, y está implicado en la progresión de ciertas enfermedades crónico-degenerativas.

[72]​ Los artículos sobre ozonoterapia nunca mencionan valores numéricos ni límites tolerables; tampoco los posibles efectos secundarios o colaterales, como es usual en cualquier medicamento convencional.

La FDA (Food and Drug Administration: Administración de Medicamentos y Alimentos) menciona que el ozono es un gas tóxico cuyos beneficios en la medicina no están comprobados.

Un hombre se somete a una autohemoterapia, en la que se le extrae sangre, se le expone al ozono y se le reinyecta.