La paraparesia espástica tropical es una enfermedad causada por un retrovirus, el virus linfotrópico de células T humano tipo I o HTLV-I, descubierto en 1980.
Este virus fue asociado desde 1985 con los síntomas de la mielopatía crónica llamada paraparesia espástica tropical en zonas próximas al ecuador y la denominada paraparesia espástica espinal en el sur del Japón, que también se ha asociado a una variedad del virus desigada como HTLV-II.
Al cabo del tiempo el paciente pierde totalmente la capacidad de usar los miembros inferiores y puede perderse la sensibilidad en los pies.
Distintos investigadores informan de que el virus se transmite por varios fluidos corporales como sangre, secreciones vaginales y seminales, saliva y calostro de leche materna.
Toda sangre para transfusión debe ser examinada para descartar la presencia de HTLV.