Hereda Pedro Pagán una cuantiosa fortuna cuando contaba solo veintiséis años de edad.
Fijaron su residencia en Madrid donde Pedro siguió ejerciendo como diputado en Cortes.
Pedro Pagán y su mujer, ya mayores, viven sus últimos años en el caserón de Camachos sito en Librilla (Murcia).
Se le entierra en Nuestro Padre Jesus de Murcia (Espinardo), en el panteón familiar junto a su hermano Enrique, asesinado en Madrid en 1898.
"...Don Pedro Pagán, mecenas acaudalado, casado con doña Leonor Guerra y Albadalejo, bella dama muy espiritual, exquisita, culta, musa inspiradora de la "Tertulia Literaria" y de su exponente la revista "El Álbum" en la que velaron las primeras armas como escritores tantos jóvenes murcianos..."[1]
Algunos jóvenes escritores que publicaron en esta revista fueron Ricardo Sánchez Madrigal, Virgilio Guirao, Antonio García Alix y José Martínez Tornel.
"...El libro "La mártir del hogar" escrito por Felipe Blanco Ibáñez, está dedicado al mecenas y protector de las letras murcianas don Pedro Pagán y Ayuso..."[4] Era muy amigo de Eduardo López Bago, escritor español perteneciente al Naturalismo.
Eduardo fue testigo del bautismo de su hijo Alejandro, que nació en 1882 en Madrid.
El presidente era Adolfo Ayuso y consiguieron resucitar la fiesta que estaba de capa caída.
Sin embargo, durante su mandato, se aprecia un aumento de las noticias relacionadas con la cultura murciana.
"[5] "... Con todas las dificultades apuntadas, el curso 1873-74, caminaba hacia su final, sin que se viera clara su continuidad.
El gran desarrollo urbano y turístico de esta zona ha propiciado que ambas poblaciones queden unidas en la actualidad.
El nombre de la casa se debe a su hija Estrella que nació allí en 1890.
Pedro Pagán y Guerra, hijo de Pedro Pagán, nacido en la finca "Vistabella", heredó la finca y construyó un molino en Los Revoltones, al que llamaron Molino del Chirrete por la comida que se tomó el día de la inauguración.
Murió en Madrid en 1898 asesinado por Gerónimo Hilla, que le asesta nueve puñaladas cuando paseaba por la calle Hortaleza.
El juicio de Hilla tuvo una gran repercusión y fue seguido por todos los periódicos nacionales.