El barrio tiene orígenes antiguos: ya en la época griega estaba incluido en las murallas, como testimonian los restos de las murallas griegas en la Piazza Vincenzo Calenda.
En el siglo XX fue dañado gravemente por los bombardeos aliados y reconstruido posteriormente.
Desde la Piazza Nicola Amore, llamada de los quattro palazzi ("cuatro palacios") por los cuatro edificios gemelos que la forman, de gusto más refinado respecto a otros episodios del risanamento, si se toma la Via Duomo hacia el mar, se pasa al lado de la iglesia de San Giovanni a Mare, destacable ya en el siglo XII y restaurada en 1878, y a la iglesia de Sant'Eligio, del siglo XIII.
Desde allí se puede alcanzar la iglesia del Carmine, donde se conservan el Cristo milagroso y la tavola della Madonna della Bruna.
De nuevo en el Corso Umberto, por la Vía del Lavinaio se llega a la iglesia dell’Annunziata, reconstruida por Luigi y Carlo Vanvitelli (1760-1782) a la cual se accede desde el callejón posterior.