Phalaenopsis amabilis

Las hojas basales más viejas se caen al mismo tiempo.

El racimo aparece del tallo que surge entre las hojas y florece durante varias semanas.

Por dentro está la auténtica raíz, que contiene clorofila y presenta color verde.

Las raíces de estas orquídeas son verdes, tienen clorofila por tanto son capaces de realizar la fotosíntesis, por lo que es conveniente que estén en macetas incoloras.

Normalmente al final del invierno o en la primavera, después de la floración.

Si no, se recomienda humedecer el compost con agua limpia de vez en cuando.

Se venden abonos especiales para ellas, pero basta con usar un abono para plantas de interior reduciendo su dosis a la cuarta parte, aplicarlo cada 10-15 días en la floración y el resto del tiempo esporádicamente.

Producen innumerables semillas, pero difíciles de germinar como no estén en simbiosis con un hongo micorrizo.

Por lo cual, el método más fácil es mediante keikis (hijuelos que la planta madre emite en la vara floral, tras la floración).

Una vez el keikis ha emitido unas raíces pequeñas se puede separar de la planta madre.

En 1798, el Dr. Roxburgh introdujo la "Phalaenopsis amabilis" desde las islas Molucas en Calcuta y la clasificó como Cymbidium.

Fue introducida en Europa por Thomas Lobb, por la Casa Veitch, en 1846, y floreció al año siguiente.

Esta planta fue premiada con una medalla por la Sociedad Real de Horticultura.

Phalaenopsis amabilis fue descrita por (L.) Blume y publicado en Bijdragen tot de flora van Nederlandsch Indië 7: 294.

[1]​ Phalaenopsis: nombre genérico que procede del griego phalaina = “mariposa” y opsis = “parecido”, debido a las inflorescencias de algunas especies, que recuerdan a mariposas en vuelo.

Por ello, a las especies se les llama “orquídeas mariposa”.

Phalaenopsis - híbrido.
Ilustración